Cuando se acercan las vacaciones, pensamos en lugares en plena naturaleza para escapar de la presión urbana, y en gamas de color verde en lugar de los grises con lo que todo se pinta en estos tiempos.
Tan cerca se encuentra la Sierra de Grazalema y tan irresistible se muestra con solo ver algunas fotografías de sus parajes, que el turismo rural entre sus montes se convierte en una opción ideal para pasar unos días de desconexión.
El Parque Natural de la Sierra de Grazalema se reparte entre el noreste de Cádiz y el noroeste de Málaga. En la parte gaditana se encuentran nueve municipios, entre ellos Grazalema, Ubrique, Benacoaz, Prado del Rey y Zahara de la Sierra. Son pueblos de casas blancas y tejados a dos aguas, y calles estrechas que se encaraman a las laderas de las montañas. Por eso se habla de la “Ruta de los Pueblos Blancos” cuando se trata de conocerlos haciendo excursiones.
En el entorno de estos municipios encontramos casas rurales de cálida acogida que son punto de partida idóneo para hacer salidas inolvidables por la montaña.
El turismo rural está ligado al buen comer. En las casas rurales nos tientan con el queso de Grazalema, de cabra y oveja, y semiseco, o el queso de Cádiz, blando y elaborado con leche de cabra. Otras tentaciones tienen forma de embutido e, incluso, hay una sopa que lleva el nombre de la sierra. Cordero, venado y carnes de caza también forman parte de los menús de la zona, que se rematan con postres como los cubiletes, los amarguillos y la tarta de bellota.
La UNESCO declaró el Parque de la Sierra de Grazalema Reserva de la Biosfera, y es que esta joya de la naturaleza ibérica alberga bosques de alcornoques y encinas, quejigos, acebuches y algarrobos que constituyen el hábitat de águilas reales e imperiales, halcones, buitres y alimoches. Entre los mamíferos, ciervos, corzos zorros, ginetas y nutrias habitan los verdes parajes de este rincón de Cádiz.
El paisaje abrupto, que alterna valles y cañones fruto de su accidentado pasado geológico, hace de las rutas por Grazalema una experiencia inolvidable. Pero sin duda, el lugar más especial es el bosque de pinsapos, un tipo de abeto que se afirma que sobrevivió a las glaciaciones. Se encuentra en Áreas de Reserva del Parque Natural, por lo que hay que obtener permiso para visitarlo en determinados meses del año.
En definitiva, unos días de descanso en estas tierras del sur de Andalucía reconfortan nuestro espíritu y nos hacen sentir mejor con nosotros mismos.
Cuando se acercan las vacaciones, pensamos en lugares en plena naturaleza para escapar de la presión urbana, y en gamas...